martes, 10 de junio de 2014

LAS GUERRAS DE POLLOS
 episodio 2
La batalla había culminado, sobre el enorme campo de batalla yacían los cadáveres de miles de patos y pollos, muchos sacrificios se habían hecho ese día; en una gloriosa contienda sucumbieron hermanos de especie. Cristian El Pato asistido por su guardia personal había logrado escapar, partiendo con un ala cortada y una pata rota, había evadido las fauces de la muerte. Turuu Eco había fallado en su propósito, pero gracias a su arrojo los goriocos habían contribuido a la eminente victoria. Habían logrado hacer huir al grueso del ejército de patos los cuales ante la feroz acometida abandonaron posiciones y huyeron despavoridos. Fue un golpe tremendo para los patos, pero la guerra estaba lejos de terminar... El escenario era sombrío y desolador. Los sobrevivientes partieron a Pollopia donde fueron aclamados y recibidos con júbilo, la fama de Turuu Eco se acrecentó y entre los patos fue reconocido como campeón. Luego de aquella batalla ambos bandos retomaron sus fronteras con el fin de reorganizarse y cimentar sus posiciones formando alianzas. Los patos, a pesar de su poca afinidad, formaron alianza con los halcones y las águilas logrando reforzar considerablemente su fuerza aérea; ha de saberse que los patos son la más versátil de las fuerzas por ser de tierra aire y agua, sin embargo son débiles sobre tierra por ser lentos y pesados y por esto no pudieron competir contra los veloces pollos; aquí uno de los motivos de su derrota. Por su parte, los pollos consolidaron sus vínculos con sus primos los pavos, lo que dio mayor fuerza a su infantería por ser los pavos recios y fuertes, pero aún faltaba el apoyo aéreo. Pollopia era vulnerable y no se podía desdeñar cualquier ayuda aunque fuese pequeña. Conscientes de ello decidieron recurrir otra vez al poderoso Turuu Eco, esta vez estaría enfrascado en una peligrosa misión: la de convocar la ayuda de los buitres, los señores del aire que habitan en el monte Versopia. Versopia era un lugar peligroso y temido entre los animales, un lugar abrupto y empinado donde los campos estaban saturados de cadáveres, una región volcánica de aspecto desolador y seco, habitado por temibles fieras. Turuu Eco decidió acceder a semejante empresa, consciente de la necesidad de su nación de aliados, su misión era dialogar con el jefe de los buitres y convencerlo de formar una alianza. La segunda semana de octubre partió con 60 pollos, entre goriocos y emplumados. Todos eran conscientes que tal vez no regresarían con vida. El viaje había comenzado, al amanecer partieron los valientes no sin antes ser aclamados por una enorme multitud de aves que los despidieron. Ya a lo lejos Turuu Eco apenas divisaba como un minúsculo punto Pollopia. El camino al pasar de los días se volvía angosto y escarpado, era señal que lo peor se acercaba. Habían penetrado ya en los límites de Versopia. Una noche todos se dispusieron a dormir, no sin antes disponer de vigias. Era un paraje inhóspito donde habian acampado, además el viento traía un mal presentimiento, como si lo peor estuviera por acontecer. Turuu Eco cambió de ánimo, tenía un mal presentimiento, temía por sus hombres. Había rumores en aquella tierra que hablaban de cazadores de cabezas que atacaban por la noche, cómplices del silencio. Reforzó su seguridad y se dispuso a dormir. Confirmaría sus temores en la madrugada: sin poder percibirlo había perdido a 2 compañeros. Sus cuerpos inertes y decapitados con las alas extendidas estaban tirados en el suelo, se había tratado de un grotesco ritual. Indefensos habían sido sometidos y torturados en la oscuridad. No iba a permitir que tan atroz acto se volviera a realizar asi que ideó un astuto plan: dispondría colocar troncos cubiertos a campo abierto para dar la impresión que dormirían expuestos. Mientras, aguardarían ocultos entre los matorrales. Así que reunió a ocho de los más valientes y esperaron el ocaso, la noche se manifestaba silenciosa y el viento traía susurros mortales. De repente una sombra se avisoró y se escuchó un golpe de machete sobre uno de los troncos. "¡Preparados!", exclamó, "mantenganse firmes, el enemigo cómplice de la noche acecha sediento de sangre dispuesto a arrebatarnos nuestrs vidas, pero no le temeremos, seguidme". Dicho eso se abalanzaron hacia el enemigo y se ensartaron en una brutal contienda. Ruidos de armas blancas estremecían el aire, entre gritos y huesos crujiendo. Turuu Eco procedió a decapitar y cercenar en la oscuridad a cualquier enemigo con el que se topaba, peleando bravamente seguido por sus ocho pollocianos, los cuales entre cocorocós procedieron a llamar a sus hermanos del campamento. Superados en número los agresores escaparon, habían obtenido la victoria al reconocer los cuerpos. Grande fue su sorpresa al determinar que los atacantes eran palomas necrófagas...

CONTINUARÁ

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